El Señor Jesús hizo esta promesa: «Edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella» (Mateo 16:18). Pero unas cuantas semanas después de decir esto, fue crucificado. . . y tres días después resucitó de la muerte y luego ascendió al cielo. Pero ¿qué sucedió con la iglesia que dijo que iba a edificar? ¿Acaso se detuvo la obra? ¿Decidió abandonar a Sus trabajadores para completar el proyecto por sí solo? ¡Para nada! Su plan fue dejar todo listo para que Sus fieles seguidores llevaran a cabo esta gran obra… y a su vez, estos seguidores enseñarían a otros seguidores a continuar con esta obra… y estos seguidores dejarían la misma tarea a los nuevos seguidores… y así sucesivamente hasta que la iglesia fuese edificada. Jesús sigue activamente edificando Su iglesia, y lo hace junto con Su pueblo, por medio de Su Espíritu y Su Palabra.
El tonto más sabio de la Biblia, Salomón, se presenta como recordatorio mudo de que un gran principio no es garantía de un gran fin. Ningún hombre empezó su vida con más promesa que Salomón. Pero, como estos estudios revelan, el hombre se fue a la deriva y, por último, desertó. . . como varios hoy en día.
Estos seis estudios nos llevan en una jornada biográfica para observar la erosión en acción y abordan temas como la tentación, la sensualidad, el desafío y el cinismo.
¡Aprende de los altibajos de este tristemente célebre rey mientras procuras seguir a Cristo, cultivas una vida piadosa y dejas un legado honorable!