Ninguno de nosotros es inmune a la depresión. Y si siempre está “quemando la vela por los dos extremos”, agotado (a) y presionado (a), usted es un blanco principal para los ataques de Satanás. Incluso los grandes hombres de Dios han luchado con la depresión. Descubra hoy cómo Dios los trató con amor y cómo puede recuperar la victoria sobre esta emoción debilitante.